No tengo Tiempo
Una vez, un hombre, se levantó por la mañana, pero como era tarde no encontró tiempo para agradecer a Dios, así que se dijo que lo haría de camino al trabajo… pero sonó su celular, había un gran atascamiento en la autopista y además iba desayunando, por lo que tampoco encontró tiempo para dar gracias en el auto.
Pensó en hacerlo al llegar a la oficina, pero entre las juntas, las llamadas, los e-mails y los compromisos no encontró el tiempo para agradecer… así que se dijo, “no importa, lo haré en el almuerzo”… pero llegaron unos compañeros y le invitaron a almorzar.
Pensó en hacerlo cuando regresara, pero al volver recordó que tenía una junta toda la tarde y parte de la noche, así que se dijo que lo dejaría para cuando llegará a la casa. Al llegar estuvo tan cansado que cayó rendido en su cama y pensó en agradecer a la mañana siguiente… la cual no llegó pues sufrió un paro cardíaco durante la noche.
Este hombre llegó al cielo y se encontró con San Pedro en la puerta. San Pedro lo buscó en el libro de la vida, entonces le miró y le dijo: “Lo siento, hijo, pero no puedes entrar… es que hemos estado tan ocupados que no tuvimos tiempo para inscribirte.”
Esta historia podría fácilmente referirse a alguien que conocemos. Tal vez alguien de nuestra familia o, quien sabe, tal vez a nosotros mismos. Qué difícil nos resulta hacer un alto en nuestro día y encontrar el tiempo para estar con Dios, para hablarle y contarle nuestras preocupaciones… ¡O nuestros logros, a Él le encantaría alegrarse y hacer una fiesta con nosotros! Te invito, deja lo que estés haciendo en este momento y dedícale unos minutos a Dios… nada es más importante que eso, te lo aseguro.
Nada hay tan engañoso como el corazón.
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo? «Yo, el Señor, sondeo el corazón
y examino los pensamientos,
para darle a cada uno según sus acciones
y según el fruto de sus obras.»
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo? «Yo, el Señor, sondeo el corazón
y examino los pensamientos,
para darle a cada uno según sus acciones
y según el fruto de sus obras.»
Jeremias. 17.9.10
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