He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Ap 3.20
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viernes, 24 de junio de 2016
cuatro aspectos que un hombre o una mujer que ama a Dios debe conocer para servirle de corazón.
Cuatro aspectos que un hombre o una mujer que ama a Dios debe conocer para servirle de corazón.
En la Biblia se cita un hombre que es catalogado como el hombre conforme al corazón de Dios; ese hombre es David, una persona como tu o como yo, que a pesar de sus debilidades siguió siendo un hombre conforme al corazón de Dios. ¿Cuál es la razón? Es obvio que no es porque viviera sin pecar, por el contrario muy a menudo fracasó en su vida personal, pero nunca flaqueó en su deseo de tener una relación continua con Dios.
Rey DavidDavid era un hombre de Dios porque respondía y era fiel a Él. Después de haber pecado se dio cuenta que necesitaba solucionar las cosas con Dios teniendo un arrepentimiento genuino, desafortunadamente ese arrepentimiento no podía reparar el daño causado, Dios lo perdonó y su relación con Dios fue restaurada, pero la lista de aquellos que sufrieron por culpa de las faltas de David es larga y trágica. A lo largo de su vida David nos deja como enseñanza los siguientes aspectos:
Ama la presencia de Dios: Él era un hombre que tenía una vida de adoración delante del Padre, pasaba tiempos a solas con Él y en medio de esa soledad aprendió a conocer a su Señor, tocaba su corazón constantemente, no actuaba en sus fuerzas sino tenía total dependencia de Él, por eso la Biblia lo describe de una forma especial.
“He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él” 1 Samuel 16:18
¿Eres tú una persona que ama la presencia de Dios? ¿Te has acostumbrado a vivir una vida vacía, una vida que no se ha sumergido en la maravillosa experiencia del poder del Espíritu Santo ? Hoy te invito a que le permitas al hermoso Espíritu Santo a ser parte esencial de tu vida.
El hombre conforme al corazón de Dios ama la casa de Dios, ama el proyecto de Dios, edifica en su reino pone todos sus esfuerzos para sacar adelante la obra donde Dios lo ha colocado, así era David un luchador con un carácter fuerte que defendía y hacia respetar el nombre de Dios así tuviera que enfrentarse a un gigante. La palabra cita en 1 Samuel 17:45 lo siguiente:
“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”
¿Defiendes tú la casa de Dios?, ¿le amas tanto que te sacrificas por colaborar en el Reino de Dios?, ¿Por extender el mensaje de salvación al perdido?
El hombre conforme al corazón de Dios ama la voluntad de Dios, se somete y acata las órdenes dadas por Dios así no vaya de acuerdo con lo que que él desea. David proclama unas palabras en 2 Samuel 22:2-3
“Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y
Mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en
Él confiaré; mi escudo, y el fuerte de mi
Salvación, mi alto refugio; Salvador mío;
De violencia me libraste”
En los momentos mas difíciles él acepta la voluntad de Dios y aunque su sueño más grande era edificar casa para Dios, Él no se lo permitió, David aceptó la voluntad del Padre.
“Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas
Con tus padres, yo levantaré después de ti a uno
De tu linaje, el cual procederá de tus entrañas y
Afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre,
Y yo afirmaré para siempre el trono de su reino”
2 Samuel 7:12-13
¿Estás dispuesto a aceptar la voluntad de Dios así te duela, estas dispuesto a dejar lo que amas por obedecerlo a él? Dios te va a ayudar.
El hombre conforme al corazón de Dios nunca olvida de donde lo saco el Señor, tiene una deuda eterna de agradecimiento, David a pesar de sus victorias y sus frustraciones nunca olvidó que Dios lo había sacado del pozo de la desesperación y toda su vida giró en torno a darle a Dios ofrenda de gratitud y reconocer su soberanía, prefería perder todo pero nunca separarse de él y por eso él afirma en el Salmos 51:11
“Crea en mí, Oh Dios un corazón limpio, y
Renueva un espíritu recto dentro de mí. No me
Eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo
Espíritu”
Por más triunfos que obtengamos, por más ministerios o dones que poseamos nunca se nos debe olvidar de donde nos sacó el Señor, nunca dejes que el orgullo te invada acuérdate que tienes una deuda eterna de agradecimiento para con Él.
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Definitivamente el gran secreto de una buena relación con Dios está en la disposición de nuestro corazón.
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